
Amar
Dios nos amay siempre ha querido que seamos sus hijos por medio de Jesucristo, (Efesios 1, 4 al 5).
¿Qué es el amor de Dios?
El amor de Dios es perfecto, infinito y puro. No es sólo un sentimiento. Dios demostró su amor por nosotros en un acto muy, muy importante: entregó a su único hijo para salvarnos (Juan 3, 16).
- El amor de Dios es incondicional: ¡no me pide que mejore mi vida antes de salvarme! La naturaleza incondicional del amor de Dios nunca cambia. Dios sigue amándonos, aunque caigamos en pecado, aunque lo abandonemos. Su amor por nosotros sigue siendo el mismo. No disminuye.
- El amor de Dios es desinteresado, es decir, está centrado en nosotros. ¡Al dar a su hijo, no pensó en sí mismo, sino en nosotros! Y continúa ayudándonos, estando a nuestro servicio.
- El amor de Dios es enorme: Dios nos ama tanto que nos dio su regalo más preciado, su único hijo. No podría haber hecho nada mejor por nosotros.
Acciones para hacer del amor de Dios una riqueza en tu vida:
- Oración: Gracias a Dios todos los días por su amor por ti. Presta atención a las pequeñas señales del amor de Dios durante el día. Al final del día, escribe en un cuaderno los eventos que muestran el amor de Dios por ti y agradécele.
- Lectura de la Biblia: Leer Efesios 3, 17 al 19.
- reflexión personal: En este pasaje, el apóstol Pablo usa 2 imágenes para animar a sus lectores a disfrutar del amor de Dios:
- arraigaos en este amor: como un árbol extiende sus raíces en la tierra para no ser arrastrado por el viento y encontrar alimento...
- construir sobre este amor: el amor de Dios es una base sólida que nos permite construir y avanzar en nuestra vida espiritual.
Piensa en cómo estas 2 imágenes pueden ayudarte a vivir y experimentar el amor de Dios en la vida cotidiana.
- Hacia otros: Comparte tu testimonio sobre el amor de Dios en tu vida con tus amigos, tu esposa o esposo o los hermanos y hermanas de tu iglesia. Y muéstrales a través de tus acciones que Dios los ama.